Plataformas y movimientos sociales de toda la Península Ibérica reivindican el NO a la extracción especulativa y contaminante

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Comunicado íntegro | En este día 22 de julio, día mundial contra la minería a cielo abierto, las plataformas vecinales: Plataforma vecinal mina Touro y O Pino Non, Plataforma Vida e Ría ou minaría de Lousame, las plataformas de la Red Contraminacción de Galicia, la Coordinadora No a la Mina de Uranio de Salamanca, Plataforma no en mi Tierra de Zamora, la Plataformas No a la Mina en la Sierra de Yemas, No a la Mina en el Valle del Corneja, Plataforma No a la Mina en la Sierra de Ávila, la Plataforma Salvemos la Montaña de Cáceres, la Plataforma de La Raya Sin Minas de Valencia de Alcántara, Plataforma Tamuja de Plasenzuela, Plataforma Sierra de Gata Viva, Plataforma Salvemos las Villuercas también de Cáceres, Plataforma Oro No de Tapia de Casariego en Asturias, Plataforma Salvemos Esparteros de Morón de la Frontera en Sevilla, la Plataforma de Afectados por Metales Pesados de El Llano del Beal en Cartagena y Unidos em Defensa de Covas do Barroso de Portugal denuncian un año más, el peligro al que está sometida toda la Península Ibérica como consecuencia de la gran cantidad de expedientes solicitados que pretenden dejar una península agujereada, contaminada y yerma, lo que propiciará el vaciado, aún más de lo que ya está, de las zonas rurales.


Se pretende engañar a la población con la falsa premisa de creación de empleo y del asentamiento de la población en estas zonas, ya deprimidas por la desidia y abandono de las instituciones. De creación de empleo, pero en las minas abiertas, y según las estadísticas oficiales, la media de trabajadores es inferior a 15 personas, como en la mina de Aguablanca en Monesterio, donde redujeron la plantilla de 25 a 9 trabajadores. Sin embargo amenazan miles de trabajos reales, arruinando a familias que ya desarrollan actividades sostenibles en la mayoría de los casos, como en las Villuercas, o en la Sierra de Gata y en muchos otros lugares de Extremadura.


Quieren engañar a la población aduciendo que en las zonas rurales no hay alternativas laborales, pero las Plataformas sabemos que desarrollamos la vida, sin prisa ni pausa, trabajando sin perjuicios para otros sectores, sin amenazar las opciones de futuro, como en el occidente de Asturias, en Salave, donde la administración y las empresas mineras del oro, quieren imponer su alternativa destructiva sobre la vida y tradiciones de agricultores/as, ganaderos/as, mariscadores/as, pescadores/as, o sobre el turismo, la educación, la salud.


O como en Touro, por donde además de las actividades rurales mencionadas, un proyecto minero de cobre se encuentra al paso de la última etapa del Camino de Santiago, ahora amenazado, que acumula múltiples denuncias por contaminación de vertidos de aguas desde el cierre de la anterior explotación cerrada y sin restauración desde hace más de 30 años. Y en las Villuercas, Cañamero lleva 100 años con la colonia agrícola funcionando y fijando población.


Se amparan en la sostenibilidad, pero agotan recursos naturales no renovables, eliminan la tierra fértil que permite la alimentación, queman ingentes cantidades de combustibles fósiles y de energía, acaparan grandes cantidades de agua para contaminarla con metales pesados y tóxicos químicos, y abandonarla posteriormente. Eso entre otras muchas cosas temen en Ávila, en la Sierra de las Yemas y en el Valle del Corneja.


Nos dicen que es en nombre de la Transición Energética y de la propaganda que promueve los coches eléctricos como la alternativa "cero emisión" y amiga del ambiente, pero la afrontan con hipocresía, proyectando minería de litio y otras materias primas en lugares Patrimonio Mundial Agrícola como Covas do Barroso, en Portugal; y en lugares Patrimonio de la Humanidad como la ciudad de Cáceres, pretendiendo monopolizar y agotar recursos naturales con el agua, el aire, los suelos de alta calidad para producir y consumir más y más.


Ocultan y niegan consecuencias de los proyectos mineros, sin ninguna transparencia, abusando de la población, aprovechándose del desconocimiento, sin informar de las auténticas intenciones, ni de futuras ampliaciones, ni de riesgos como vienen denunciando desde Llano del Beal la contaminación por metales pesados; e incluso pretenden introducir material sesgado y falso en las escuelas, como en el caso de Galicia, donde, con ayuda de los medios de masas, lavan una imagen que no pueden ocultar, la de la realidad.


La única realidad es que estas empresas que quieren instalarse en nuestros territorios no buscan el beneficio de los lugares donde quieren instalarse, sino que persiguen su propio beneficio expoliando y destruyendo todo lo que encuentran a su paso.  Prometen una restauración a la que le falta concreción en los planes presentados.


Las plataformas antimegaminería de la península Ibérica continuamos y continuaremos, como hemos venido haciendo hasta ahora, trabajando sin aliento, para que la ambición de unos pocos no esté por encima de los derechos de la ciudadanía.

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