A las 11 de la mañana, como cada 9 de julio, tuvo lugar el homenaje a las víctimas de la explosión causada, a esa misma hora en el año 1939, por un tren procedente de Extremadura y que tuvo como consecuencia la destrucción de más de mil edificios particulares y dejó alrededor de 1.500 heridos.
Una veintena de peñarandinos, así como representantes de los distintos partidos políticos: PSOE, PP, Ciudadanos y Peñaranda en Común se dieron cita delante del monumento que recuerda a las víctimas de este suceso, obra del escultor local Francisco Pro. La alcaldesa Carmen Ávila depositó un ramo de flores en nombre del Ayuntamiento y sus vecinos y se leyeron los nombres de las víctimas de la terrible explosión, cuya columna de humo se pudo ver desde Salamanca.
La reconstrucción de Peñaranda no fue fácil; actualmente, en una buena parte de la ciudad, se pueden ver los edificios, entre ellos los que forman la Plaza Nueva, construidos a partir de 1939, que el Régimen de Franco prometió al pueblo y para los que se sirvió de un batallón disciplinario, integrado por prisioneros del bando republicano represaliados y condenados a trabajos forzados por la dictadura; algunos de los cuales, una vez libres, volvieron para rehacer sus vidas en nuestra ciudad.
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